Hoy mirando desde mi ventana, no he visto nada,
Esta neblina tan espesa que nubla el corazón y el alma
Con las manos rotas de tanto escarbar en las sombras
Con esa mirada perdida sin saber lo trágico que viene
Tendido en su cama espera con impaciencia el viento
Para que el ruido espante a las aves muertas en este viaje
Hoy mirando desde su ventana oscura de la noche,
Ha deseado mejorarse de algo que nunca enfermo
Se despejan las nubes y sus ojos se abren
Hoy quiere que llueva para levantarse…